La Familia, el primer hogar de la fe
“El Encuentro Mundial de las Familias nos ha dado gran esperanza y nos ha estimulado sobre el hecho de que las familias son cada vez más conscientes de su papel irremplazable en la transmisión de la fe”, manifestó el pontífice acerca del evento llevado a cabo en Irlanda.
“Ahí, en la «iglesia doméstica», los hijos aprenden el significado de la fidelidad, de la honestidad y del sacrificio. Ven cómo mamá y papá se comportan entre ellos, cómo se cuidan el uno al otro y a los demás, cómo aman a Dios y a la Iglesia. Así los hijos pueden respirar el aire fresco del Evangelio y aprender a comprender, juzgar y actuar en modo coherente con la fe que han heredado. La fe se transmite alrededor de la mesa doméstica, en la conversación ordinaria, a través del lenguaje que solo el amor perseverante sabe hablar”
“Por tanto, rezad juntos en familia, hablad de cosas buenas y santas, dejad que María nuestra Madre entre en vuestra vida familiar. Celebrad las fiestas cristianas. Vivid en profunda solidaridad con cuantos sufren y están al margen de la sociedad”.
Asimismo, destacó el hecho de la naturaleza espiritual de la familia, asegurando que: “Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, crearon a la humanidad a su imagen para hacerla partícipe de su amor, para que fuera una familia de familias y gozara de esa paz que solo él puede dar”.
“Dios quiere que cada familia sea un faro que irradie la alegría de su amor en el mundo”, aseguró.
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El matrimonio
“El matrimonio es una participación en el misterio de la fidelidad eterna de Cristo a su esposa, la Iglesia”, aseguró el pontífice.
“Pero esta enseñanza, aunque magnífica, tal vez pueda parecer a alguno una ‘palabra dura’. Porque vivir en el amor, como Cristo nos ha amado, supone la imitación de su propio sacrificio, implica morir a nosotros mismos para renacer a un amor más grande y duradero. Solo ese amor puede salvar el mundo de la esclavitud del pecado, del egoísmo, de la codicia y de la indiferencia hacia las necesidades de los menos afortunados”.
Así, el Papa Francisco hizo una invitación para revalorizar el matrimonio, señalando que éste “no es simplemente una institución sino una vocación”, que debe ser cuidada y protegida. También pidió que las “parejas ancianas y jóvenes, puedan agradecer a Dios el don de la fe y la gracia del matrimonio cristiano”.
Los abuelos
La familia tiene sus raíces en la fe de sus antepasados, por lo cual es importante que la relación familiar con los abuelos no se pierda.
“Una sociedad que no valora a los abuelos es una sociedad sin futuro. Una Iglesia que no se preocupa por la alianza entre generaciones terminará careciendo de lo que realmente importa, el amor”, puntualizó el pontífice.
“Los niños no crecen en el amor si no aprenden a hablar con sus abuelos. Por tanto, dejad que vuestro amor eche raíces profundas”.
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El perdón
Durante su viaje apostólico a Irlanda, el Papa Francisco hizo un hincapié especial en el valor del perdón, así como el papel de la familia para fomentarlo.
“No hay familia perfecta. Sin el hábito de perdonar, la familia se enferma y se desmorona gradualmente”, señaló.
“Perdonar significa dar algo de sí mismo”, explicó el pontífice, por lo cual no siempre es fácil. Sin embargo, debemos aprender de “Jesús, (que) nos perdona siempre”. Así, “con la fuerza de su perdón, también nosotros podemos perdonar a los demás, si realmente lo queremos”.
“El perdón es un regalo especial de Dios que cura nuestras heridas y nos acerca a los demás y a él. Gestos pequeños y sencillos de perdón, renovados cada día, son la base sobre la que se construye una sólida vida familiar cristiana”, concluyó el Santo Padre.
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