Así pues, cuando decimos que una persona es ‘tóxica’, es porque causa cierta clase de daño con sus palabras, acciones, o actitudes, que de cierta forma interiorizamos y acaban por afectar nuestras emociones, nuestra forma de percibir la vida, nuestro nivel de estrés, y en última y más grave instancia, nuestra salud mental.
Características de las personas tóxicas
Y aunque pareciera ser un gran problema al cual enfrentarse, realmente no tiene porqué ser así. En primer lugar, es útil poder identificar ciertas actitudes de las personas tóxicas: tienden a ser egocéntricas, manipuladoras, chismosas y criticonas, a hacerse las víctimas, tener celos y envidia, enojarse con los éxitos de los demás y a ver las cosas de manera negativa.
¿Conoces a alguien con esas características? Entonces probablemente ya la hallas calificado como una persona tóxica. Si esa persona es un amigo, entonces tienes una ‘amistad tóxica’; si se trata de una pareja sentimental te encuentras con una ‘relación tóxica’. Como bien lo definimos antes, estas personas parecen estar ahí para envenenar tu vida, por lo que ahora queda la pregunta, ¿cómo nos enfrentamos a estas situaciones?
Qué hacer
Muchos recomiendan cortar inmediatamente cualquier lazo con estas personas y alejarse lo más posible de ellas. Este es un buen consejo si se trata de una situación extrema, donde la persona tóxica realmente disfruta de hacer sentir menos al otro y se trata de un verdadero riesgo para su salud mental y emocional. Busca otras relaciones positivas que te ayuden a superar la situación, y en su caso, busca la ayuda de profesionales.
– Mahatma Gandhi.
Sin embargo, existen ‘personas tóxicas’ de las que no podemos escapar, especialmente si se tratan de compañeros de trabajo o de escuela. Tampoco significa que tengas que soportar todos sus malos comentarios, impón límites en las conversaciones y actividades que mantengas con ellos. Lo importante es que mantengas en tu mente la verdad de que ellos no tienen ningún poder sobre tus emociones, sentimientos ni pensamientos, solo tú tienes esa capacidad. Así que sin importar lo que digan, hagan o sientan los demás, tú tienes que tomar la decisión de cómo afrontarlos, y dejar que te afecten o no.
Por otro lado, siempre puedes intentar hablar al respecto. Esto no significa que puedas cambiar a una persona tóxica con tus palabras (al fin y al cabo, es algo personal). Solo que es muy fácil señalar los problemas del otro, pero muy difícil hacerlo con uno mismo. Las personas tóxicas no se identifican a sí mismas como tales, porque generalmente se sienten justificadas en sus actitudes, y a pesar de sus comportamientos negativos, realmente no pretenden causar daño (existen personas que sí disfrutan de hacer daño, y como ya lo dijimos, de estas hay que alejarse inmediatamente, pero la mayoría no tiene esa intención). En ocasiones, una simple conversación deja en claro tu percepción de la situación, y da la oportunidad de terminar con el asunto o de cambiar las cosas.
Aprendizaje
Cualquiera que sea el resultado, decide aprender a controlar tus emociones. De esta manera no solo perderán su poder sobre ti las personas tóxicas, también lo harán las malas situaciones que te enfrentes, y podrás disfrutar de esta vida con menos estrés, más alegría, y con una mejor salud mental y emocional.
Y recuerda: “Nadie puede hacerte daño sin tu permiso. Tú felicidad depende de una persona. De ti.” Mahatma Gandhi.
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