1. Ten prioridades
Primero fíjate si no estás queriendo hacer demasiadas cosas. Si quieres hacer todo al mismo tiempo, seguramente no podrás ser dedicado con ninguna cosa. Mejor elige primero hacer una sola cosa y cuando la domines puedes pasar a otra. Un amigo mío me decía “en esta vida no hay boletos para ir a todas partes”. Tienes que elegir un destino y una vez que lo logres ya puedes elegir otro.
2. Deshazte de las tareas sin importancia
O dedícales menos tiempo. Sólo el tiempo justo y necesario para que no consuman el preciado tiempo que tienes que dedicar a cosas más importantes. Delega, pide ayuda, optimiza, organízate, y deshecha lo que no tiene importancia.
3. Apartar un horario y aprovecha la mínima fracción de tiempo
Dale un horario a tus actividades importantes. Cuando sea la hora deja de lado todo lo demás y dedica toda tu energía y concentración para continuar en tu meta. Además, aprovecha cualquier residuo de tiempo para avanzar en tu tarea. Alguna vez escuché que Balzac escribió muchas de sus novelas mientras trabajaba vendiendo boletos en el teatro. Mientras no había clientes, él se dedicaba a lo suyo: a escribir. Y Einstein escribió sus primeros artículos científicos mientras trabajaba de empleado en una oficina de patentes. Apuraba su trabajo y después se dedicaba a sus reflexiones científicas.
4. Apartar un día para realizar algo importante
Normalmente las metas significativas suelen ser tareas que queremos comenzar o apenas estamos aprendiendo, por eso, nos lleva más tiempo completarlas. Así que, aparta todo un día para dedicarle a esa actividad nueva. No tienes que estar apurado por terminarla porque tienes otras cosas que hacer. Y con calma y paciencia puedes ir entendiendo y comprendiendo el nuevo material y desarrollando las nuevas habilidades que necesites.
5. Divide las tareas grandes
Divide y vencerás. Si tienes una gran tarea empieza por dividirla en tareas más pequeñas que sean más fáciles de realizar. Empieza por lo pequeño y lograrás dominar las cosas más grandes y complejas.
6. Lleva un récord del tiempo que le dedicas
Un ejercicio simple es ver cómo utilizas las horas del día. Lleva un récord de cuánto le dedicas a comer, a tu trabajo, al entretenimiento, al transporte… y a tu meta. Así puedes ver claramente lo que son tus prioridades reales en la vida… a aquello a lo que realmente le dedicas tu tiempo. Si no corresponden con tu meta has un esfuerzo por cambiar las cosas.
7. Haz algo que te de perspectiva
Para algunos será una lectura inspiradora, asistir a un servicio religioso o un momento de oración o meditación. Para otros será salir a pasear al bosque o tener un momento para disfrutar café. O escuchar música. Procura tener esos momentos de reflexión que nos hacen recordar y valorar las cosas realmente importantes de la vida.
8. Manejar las emociones y la ansiedad
Es importante saber manejar los altibajos emocionales que tenemos cuando nos involucramos con una meta de largo plazo. Es normal que no siempre salgan las cosas bien y entender la ansiedad y la frustración que esto puede acarrear. No te dejes vencer por las contrariedades, deja los malos resultados a un lado y comienza nuevamente. Dale nombre a las emociones que sientes y busca ayuda para saber cómo manejarlas. Tu actitud es de lo más importante para cumplir tus metas.
Como dice el refrán: “si las cosas difíciles fueran fáciles, cualquiera las haría”. Así que no te dejes vencer y continúa firme buscando tus metas, pero eso sí con una muy bien pensada estrategia para avanzar progresivamente.
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